Cada 14 y 15 de abril se celebra en Takayama, una preciosa ciudad de la prefectura de Gifu en los Alpes Japoneses, uno de los, dicen, festivales más bellos de Japón. Y la verdad es que motivos no le faltan.
En Takayama se celebran dos grandes festivales, uno en primavera y otro en otoño. El de primavera es muy conocido porque grandes carrozas, conocidas como yatai (no las confundáis con los puestecitos callejeros de comida) son llevadas por la ciudad pasando por lugares preciosos como el puente Nakahashi, sobre el río Miyagawa, además de los santuarios portátiles, llamados mikoshi, también se pasean por un recorrido similar.
En este matsuri, se pide al dios Sannō por una buena cosecha, y, de hecho, no es el único Sannō Matsuri que se celebra en Japón por lo que éste a veces recibe el nombre de Takayama Matsuri para diferenciarlos de otros festivales del mismo nombre.
Lo que hace peculiar a este matsuri son sus yatai. Además de ser enormes, varias de ellas tienen karakuri, esto es, marionetas o autómatas, que gracias a unos engranajes hacen movimientos y ofrendas en nombre de los asistentes. Además de karakuri, muchas yatai llevan niños también sobre ellas. Las personas que van acompañando el desfile van ataviadas con ropas propias de la era Heian con colores muy vistosos.
Y no solo es esa particularidad, además, cada yatai tiene multitud de farolillos que se encienden al anochecer dando una imagen aún más increíble. La noche del 14 de abril, todos los yatai encienden sus farolillos durante el yomatsuri, un espectáculo antes del gran desfile del día 15.
Por si fuera poco, dadas las fechas del festival, es muy fácil que coincidan con el Hanami, otro añadido de belleza a este festival ya se por sí bonito.
Como comprenderéis, es mejor llegar temprano para ir pillando sitio y conocer bien los horarios porque es un desfile multitudinario, así que hay que madrugar y reservar con tiempo.
