Creo que ya es bastante popular, por mangas y animes, como el día de San Valentín en Japòn es la fiesta del chocolate.
Aunque siempre es la chica la que regala chocolate al chico que le gusta y en otros ambientes, sobre todo en los laborales, las mujeres se ven obligadas a regalar chocolate a superiores y otros hombres del trabajo básicamente por protocolo. Algo bastante polémico, y con razón.
Así que hoy me voy a dedicas a hablar de otras formas de «amoríos» en Japòn que no tienen que ver con San Valentín, pero me parece muy curioso.
Piedras del amor en Kiyomizudera – Kioto
Comenzamos con las «piedras del amor». En Kioto, en el famoso templo Kiyomizudera, se encuentra el santuario Jishu donde están estas famosas piedras.
Son dos pequeñas piedras que se encuentran separadas por unos cuantos metros. La leyenda dice que si tocas una piedra y, caminando con los ojos cerrados en línea recta, llegas a la piedra que se encuentra en el otro extremo, tendrás suerte en el amor y si estás emparejado, tu amor será hasta el fin de tus días.
Campana del amor en Enoshima – Kamakura
Algo más lejos, en el islote de Enoshima, en Kamakura, tenemos la campana del amor. Hay que andar un poquito hasta la cima de Enoshima para llegar a la «campana del dragón enamorado», la «ryuren no kane», donde las parejas tendrán que tirar de la cuerda de la campana los dos a la vez para que su amor sea eterno. Y para fortalecerlo más, poner un candado con nuestros nombres en la valla que separa el mirador de la campana del mar. Un lugar precioso desde luego.
Hay muchos más lugares para celebrar nuestro amor en Japón, como Disneyland Tokio que por alguna razón se ha convertido en lugar de citas para parejas.
¿Corazones en Japón? No. Paraguas.
Pero más allá de lugares, los japoneses tienen otra forma también de representar el amor. En occidente es muy habitual poner nuestros nombres dentro de un corazón porque hemos adoptado el corazón como símbolo del amor. En Japón, por el contrario, tienen el «AIAIGASA», o paraguas del amor.
Este símbolo proviene de la costumbre de compartir el paraguas un día de lluvia o de nieve. Se dice que éste es el primer paso de muchas parejas, hasta el punto de que algunos días lluviosos hay quien se olvida el paraguas deliberadamente para que cuando llegue la hora de salir del trabajo o de la escuela, alguien le ofrezca ir juntos bajo el paraguas.
Éstas son algunas singularidades de cómo viven el amor los japoneses a niveles de tradición o incluso de grafismo, pero como bien sabéis, estas cosas siempre son más profundas de lo que parecen.