Onomichi es una de las ciudades que se suelen visitar de camino a Hiroshima, junto con Fukuyama, Kurashiki y Okayama.
Onomichi es una ciudad muy popular por su gran variedad de lugares que visitar como templos, castillos, santuarios, además de ser una ciudad muy pintoresca. El templo Senkoji, en lo alto de la montaña, al que hay que subir a través de un funicular, ofrece unas bonitas vistas de la bahía y de las islas cercanas.
Pero además Onomichi es conocida por sus gatos. Y es que hay una cantidad importante de gatos callejeros pululando por la ciudad… aunque tal vez lo de callejero no sea del todo correcto pues muchos están cuidados por sus vecinos.
Además, en Onomichi nos encontramos con el Neko no Hosomichi, callejón de los gatos, cerca del Santuario Ushitora, donde podemos encontrarnos, además de con gatos, con el museo del Maneki-neko donde hay una colección de 3000 gatitos de la suerte traídos desde todo Japón.
Con esta adoración por los gatos no es de extrañar que un artista, Shunji Sonoyama, comenzara a pintar piedras con forma de gato, conocidas como fukuishi-neko, allá por 1998. Y es tal así que hay más de un centenar de piedras diferentes pintadas con motivos gatunos aunque siempre incluyen el color rojo como protección. Estos guijarros están purificados en un templo y dicen que si encuentras uno y lo tocas tres veces, tu deseo se hará realidad.