En verano, es muy común ver en las cornisas de los tejados unas campanitas de cristal de las que cuelgan un hilo con un papel o tablilla de madera al final. Son fuurin.
El hilo cuelga de un pequeño carrillón de acero que tintinea con la brisa y hace un sonido muy característico del verano japonés.
Este tintineo nos recuerda que hay brisa y nos sugestiona para refrescarnos.