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Akai ito: El hilo rojo del destino que une a las personas predestinadas a encontrarse

¿Habéis visto o leído alguna vez que en los mangas, animes o doramas, e incluso en producciones occidentales, se habla del hilo rojo que une a las personas?

La cosa es que mientras aquí se habla de que Cupido nos lanza flechas para enamorarnos, en Japón lo que se menciona es el UNMEI NO AKAI ITO o lo que vendría a ser el hilo rojo del destino. Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper.

Se dice que este hilo une por el meñique a las personas que están predestinadas a estar juntas. La leyenda tiene su origen en China, aunque en China era una soga roja atada al tobillo. Sea como sea ni el hilo ni la soga pueden verse por lo que tendremos que dejar que el destino sea el que tire de él. Hay varias versiones de la leyenda. Hay una que dice, también de origen chino, que es el Abuelo de la Luna el que une al nacer los meñiques de los bebés.

En otras partes se cuenta que surge a raíz de descubrirse que la arteria ulnar une el meñique con el corazón y de ahí­ que el hilo rojo del destino sea una prolongación-conexión de esa arterí­a que une los corazones de los amados. Incluso se llega a decir que en el periodo Edo (1603 a 1867), algunas mujeres se cortaban el meñique en señal de amor a su marido. El Yobitsune, que es como se llama a la práctica de amputar el meñique, sí­ que se practicaba en el Periodo Edo pero era más una señal de lealtad hacia un señor feudal cuando se cometí­a una falta de disciplina, sobre todo entre los Yakuza, práctica que aún se perpetúa, y entre los jugadores que no podí­an pagar sus deudas. Probablemente alguna mujer lo hiciera en señal de lealtad a su marido pero dudo que tuviera algo que ver con la arterí­a ulnar que une al corazón pues la tradición de relacionar corazón y amor la introdujeron los occidentales.

Siento haberos hecho perder algo del romanticismo del relato incluyendo historias sobre anatomía humana pero aún así esta leyenda está muy arraigada entre los japoneses, sobre todo, y como no, entre las chicas adolescentes, donde en muchos mangas enfocados a las chicas aparece esta referencia o el más reciente en Your Name donde aparece como referente visual varias veces aunque la trama no gire en torno a ello.

Hay varias leyendas sobre las que se ­vertebra la historia del hilo rojo. Una de ellas, y las más difundida, suele ser ésta, de origen chino.

Hace mucho mucho tiempo, había en un país muy rico, un heredero que ascendió pronto al trono. Este nuevo emperador era muy impaciente y quería conocer lo que le deparaba el futuro cuanto antes.

Un día, escuchó que existía una bruja muy poderosa capaz de ver el akai ito, el hilo rojo del destino. Sin pensarlo mucho, pidió que le trajeran a la bruja. Una vez allí, el emperador le pidió que le dijera donde estaba el otro extremo del hilo rojo que salía de su meñique para conocer a su futura esposa. La bruja, sin más opción que acceder a las peticiones del emperador, fue a buscarla, seguida del emperador y todo su séquito.

Después de mucho buscar, llego a una aldea donde en un mercadillo, una pobre campesina con un bebé en brazos, ofrecía sus productos del campo. La bruja se detuvo frente a la campesina y le dijo «Aquí termina tu hilo rojo».

El emperador, al ver que la bruja le había llevado a una humilde campesina, se enfadó tanto que empujó a la mujer con tal violencia que el bebé cayó al suelo haciéndose una importante herida en la frente.

Tan enfadado estaba, que mandó a que le cortaran la cabeza a la bruja y no se volviera a hablar del tema.

Muchos años después, llegó el momento de que el emperador contrajera matrimonio. Su corte le recomendó casarse con la hija de uno de sus generales más importantes. Sabía que ese general era muy querido y respetado por su pueblo, lo que le ayudaría a dar estabilidad a su imperio. Además, la hija del general tenía fama de ser muy amable y hermosa.

Así que decidido, fue a presentarse a su nueva esposa, que, al mostrar su hermoso rostro por primera vez, descubrió una cicatriz en la frente muy peculiar.

A ver, romántica lo que se dice romántica no es la historia, pero bueno… ya sabéis que la definición de amor ha ido cambiando a lo largo del tiempo.

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