Los jardines japoneses tienen muchos elementos comunes. Uno de ellos son los puentes en zig-zag. Esto en verdad está hecho a discreción del diseñador del jardín.
Esto obliga a los visitantes a observar el jardín desde diferentes puntos de vista, tanto al ir como al volver.
Algunos jardines japoneses tienen una ligera pendiente al entrar. Esto se hace también para generar cierta sorpresa cuando se llega a la cima donde se tiene una vista mayor del jardín.
Muchos jardines en sus estanques, ponen un islote con una roca en un extremo y una torre en el otro. Esto lo hacen para imitar a una tortuga. Las tortugas en Japón representan la longevidad.
Los faroles de piedra, o toro, se suelen poner en los lugares donde haya algo especial para captar la atención del visitante. El de la imagen, se llama Kotojitori, porque se diseñó como una pieza del koto, instrumento japonés que sujeta las cuerdas.
El pino es esencial en un jardín japonés. Y lo modifican para formar parte del paisaje. Una de las técnicas es plantarlo sobre un montículo. Cuando el pino es adulto, se elimina el montículo dejando las raíces a la vista.
Otra técnica es volver las ramas hacia el estanque para dar la impresión de que las ramas flotan sobre el agua. Para evitar que las ramas se rompan, se crean unos conos de cuerdas que los sujetan y que también dan una vista muy bonita al jardín. A veces, su forma de cono se usa para representar montañas famosas de Japón, como el Fuji.
Otra técnica que usan en los jardines consiste en poner un árbol delante de una cascada para dar la impresión de profundidad o la técnica en la cual al pasar de un lugar oscuro a uno iluminado, haciendo que parezca que hay más luz de la real para sorprender al visitante.
El musgo también está muy presente en los jardines japoneses. Representa la estética japonesa simple y refinada de los jardines.