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Setsubun o el año nuevo lunar

El Setsubun (節分) es una tradición japonesa con orígenes chinos. Antiguamente, Japón se regía por el calendario lunar, que era diferente al calendario gregoriano que se usa en Occidente.

Con la llegada y asimilación de varias costumbres occidentales, el calendario gregoriano desplazó al lunar como uso oficial de las autoridades japonesas, y así el año nuevo en Japón empezó a celebrarse el 1 de enero como en muchos otros países.

Pero antes de esto, el año nuevo comenzaba en febrero. Y el Setsubun es la tradición que queda como remanente de la antigua festividad lunar del año nuevo japonés que se remonta al año nuevo chino y se considera el último día del invierno.

Al ser una fecha que se estima con la luna, el setsubun se puede celebrar entre el 3 y el 4 de febrero.

Como siempre, esta tradición consiste en varios rituales. Uno de los más simpáticos es cuando el padre o madre en una casa con niños, se pone una careta de oni (demonio) y los niños realizan el «mame maki», lanzar granos de soja tostada, mientras se le grita al demonio «oni wa soto, fuku wa uchi» (demonios fuera, suerte dentro). De esta forma expulsan la mala suerte de la casa. Antiguamente, si alguien de la familia tenía el signo zodiacal chino del año nuevo lunar (es decir, si en ese año cumplía un múltiplo de 12) pues debía lanzar esa persona los granos a los demás para atraer más la suerte. Los mamemaki se pueden comprar en cualquier tienda cuando llega esta época.

Este ritual casero, también se lleva a cabo en los santuarios sintoístas, donde a los niños se les dice que si son malos, se los llevará el oni, pero es el sacerdote del santuario el que lanza los granos a la gente.

Entrando ya en terreno de supersticiones, hay ciertas edades a las que se les atribuyen mala suerte. Los 25 y 42 años son horribles para los hombres pero las mujeres tienen que tener cuidado si están en sus 19 o 33, así que para expulsar la mala suerte que les trae ese año, comen tantos mame-maki como años tienen. Aunque esto lo puede hacer todo el mundo con su edad.

Lo de mame-maki, lanzar granos de soja tostada a los oni, viene de un cuento muy antiguo. Se decía que un oni se hizo pasar por hombre y comenzó a trabajar en un telar, consiguiendo hacer la tela más bonita que se había visto. Una mujer muy envidiosa intentó robárselo pero el oni volvió a su forma de ogro asustando tanto a la mujer que le tiró todo lo que tenía a mano. Nada surtió ningún efecto hasta que le lanzó las mamemaki que tenía cerca, haciendo que el ogro se asustara mucho y finalmente huyera.

En otros lugares, por ejemplo, se comen unos norimaki de 20 cm, que dicen que si te lo comes sin hablar ni una sola palabra, tendrás buena suerte. O cuelgan un hiiragi-iwashi, una cabeza de sardina en una rama de un acebo, en la puerta de la casa. Se dice que los demonios que traen la mala suerte, odian el olor de sardina y además le tienen miedo a las hojas puntiagudas del hiiragi por si se las clavan en los ojos.

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