Hay un tipo de lirio que suele florecer con el inicio del otoño. Pero nunca debes regalarlo a nadie. Por muy bonito que parezca.
La lycoris radiata florece con el inicio del otoño. Se dice que crece cerca de los cementerios, aunque realmente crecen en cualquier parte, solo que en los cementerios no se atreven a arrancarla y así prolifera en esos sitios. Se le llama «flor del infierno».
Tambien se la conoce como «higanbana», la flor entre dos orillas. Esto es porque se cree que en el equinocio de otoño, los difuntos pueden cruzar el río que separa el plano de los muertos del de los vivos.
El equinocio de otoño anuncia la llegada de la oscuridad y antiguamente eran tiempos difíciles que mucha gente no superaba. Aquí se les pide que nos cuiden desde el más allá.
El ohagi es un tipo de dulce hecho con arroz gluitonoso y relleno de de pasta dulce de judías que se da como ofrenda a los difuntos y también se regala para pedir protección.
Como la higanbana se relaciona con la muerte pues no es de buen gusto regalar este tipo de flores. ¡Una pena porque es muy bonita!
