Cerca del campanario de Kawagoe, un pueblecito cerca de Tokio muy peculiar, existe un pequeño callejón muy popular entre los visitantes que se sale un poco de lo habitual.
Llamado Kashiya Yokocho es un pequeño callejón donde podremos encontrar todo tipo de dulces y golosinas tradicionales japoneses, muchos de ellos hechos a base de boniatos o judías dulces. El boniato es un alimento muy asociado al otoño japonés por lo que este callejón está más concurrido durante esta estación.
La historia del callejón viene de lejos, de cuando el gran terremoto de la región de Kanto, en 1923, donde Tokio se quedó desabastecida de golosinas y dulces tradicionales japoneses así que se los encargaban a los artesanos de Kawagoe. Como no daban abasto, se fueron abriendo más confiterías artesanales alrededor de la zona y así nació el callejón de las chucherías.
El callejón estaba adornado con algunas estatuas muy curiosas dando lugar a un ambiente muy simpático que se mezclaba con olor dulzón de las tortitas de boniato y otros dulces fritos que te piden a gritos que te los comas.
Más allá de la gran variedad de golosinas tradicionales, y los kit kats de boniatos, de los que Kawagoe tiene una variedad particular, no se pueden encontrar dulces extranjeros, la mayoría son autóctonos por lo que si os queréis empapar de confitería japonesa tradicional en su mayor exponente, no dudéis en pasaros por aquí